Gulliver

Como su nombre sugiere, de aventuras se trata. No tanto por las hazañas atravesadas por dos hermanos, que aparentemente no supondrían peligro alguno, sino por el modo de contarlas. La confianza en la fuerza de la ficción logra que escenas tanto cotidianas como domésticas se vuelvan extrañas, generando atmósferas fantásticas. La directora de Noelia vuelve a sacudir los vínculos familiares asumiendo riesgos con una libertad total.